El pasado viernes 30 de junio de 2023 tuvimos un maravilloso encuentro con jóvenes en la localidad de Rodeo del Medio en la provincia de Mendoza.
En las instalaciones que el Instituto Don Bosco puso a disposición charlamos, experimentamos y aprendimos por más de dos horas.
El encuentro fue gratuito y los asistentes se llevaron regalos.
Esta charla y las experiencias llevadas a cabo estuvieron entradas en tres ejes:
- ¿Cómo reconectar con la Naturaleza?
- Herramientas anti-estrés de la mano del jardín y la huerta
- Características que deben tener las áreas verdes para que sean accesibles, inclusivas y que permitan actividades del tipo terapéutico.
La grata sorpresa
Si bien el evento estaba pensado para personas que trabajan en entornos sanitarios como clínicas, centros de día y hogares para adultos mayores. Nos encontramos con una importante asistencia de jóvenes interesados en el tema.
Alumnos del último año del colegio secundario asistieron, compartieron sus experiencias y participaron activamente de cada actividad propuesta.
Jóvenes con conciencia ambientalista y de impacto social.
Las actividades
Todas las experiencias fueron diagramadas por Soledad, Directora de los Proyectos de Terapia Hortícola.
La primer actividad consistió en conocer y reconocer cómo nos encontrábamos antes de iniciar con el taller. Niveles de ansiedad, relajación, por dónde andaban nuestros pensamientos. Todo acompañado de técnicas de respitación y autopercepción.
Luego fuimos a la huerta escolar, a despertar los sentidos del tacto, el olfato, el oido y la vista. Las plantas aromáticas acompañaron el proceso junto al canto de los pájaros y un sol que se estaba despidiendo mientras se acercaba a las cumbres de la cordillera de los Andes.
En este espacio también trabajamos con los colores de la Naturaleza, las texturas de las hojas y sus perfumes.
La siguiente parte se desarrolló en el interior de un invernadero percibiendo la humedad diferencial del lugar y metiendo las manos en el sustrato que sería el encargado de alimentar a las pequeñas plantas hortícolas que el Vivero Lunta nos donó.
Los regalos
Las jóvenes plantas de lechuga, habas, acelgas, espinacas moradas y remolachas, por citar algunas, fueron el eje de la última experiencia.
Se reciclaron contenedores y envases de cartón para construir maceteros temporarios biodegradables o que pueden tener más de un uso.
Pero no fue una actividad mecánica, se percibió la grandeza de la naturaleza, se reconoció la individualidad de cada ejemplar vegetal y el sustrato tomó para los asistentes una nueva dimensión a través del tacto y el olfato.
Un dato no menor es que cada asistente preparó con cuidado las plantas que otra persona se llevaría. Un hacer por el otro en composiciones multicolores que, como no podía ser de otra manera, se llevaron de regalo a sus casas.
La teoría
Si bien hubo momentos dentro y fuera del aula para comentar las bases que sustentan la Terapia Hortícola, los beneficios que se obtienen con ella, o las estrategias a seguir para poder hacer accesibles las huertas y jardines. Supimos comprender que los asistentes disfrutaban de conectarse o reconectarse con el mundo natural por lo que gran parte del tiempo fue experiencial.
De todas formas, y previendo esa situación, también habíamos preparado algunos documentos que se llevaron de regalo.
Próximos pasos
La primavera nos encontrará preparando nuevos eventos como este en distintos lugares del Gran Mendoza para dar a conocer la Jardinería y Horticultura Social y Terapéutica a la vez que promovemos la accesibilidad e inclusión en las áreas verdes y los jardines terapéuticos.