Hace algunas semanas escribí sobre la limpieza topológica en las áreas verdes, sobre todo aquellas de grandes dimensiones como los parques, para acercarnos a crear espacios más accesibles (física, sensorial y cognitivamente) y me comprometí a escribir desde el paisajismo cómo interpreto este concepto.
Primero me gustaría establecer una comparativa entre el espacio topológico y el espacio geométrico al que normalmente nos referimos, porque cada uno ofrece un enfoque distinto para el análisis y la planificación de los espacios verdes.
Espacio Topológico
Un espacio topológico en el contexto de áreas verdes se define como un conjunto de puntos junto con una colección de subconjuntos que se consideran «abiertos».
Como esta definición es muy técnica y no resulta muy clara, creo que se entenderá mejor con un ejemplo: un conjunto podría ser el parque entero, y los puntos serían las distintas ubicaciones dentro del parque, como bancos, árboles o caminos. Un subconjunto podría ser el área de césped del parque, que se consideraría «abierto» si al seleccionar cualquier punto dentro de esa área, se puede encontrar un pequeño espacio alrededor de ese punto que también esté dentro del área de césped. Así los puntos y los subconjuntos permiten analizar y entender cómo se estructuran y se relacionan las áreas verdes en un espacio más amplio.
Esta estructura permite estudiar propiedades como la conectividad, la continuidad y la convergencia sin necesidad de medir distancias específicas.
Entonces podemos decir que la topología se centra en las relaciones espaciales y la forma en que los puntos se agrupan o se conectan entre sí, lo que es crucial para comprender cómo las áreas verdes interactúan con su entorno urbano y social. Por ejemplo, en la planificación de parques, la conectividad entre diferentes áreas verdes puede influir en la accesibilidad y el uso comunitario.
Espacio Geométrico
Por otro lado, un espacio geométrico se refiere a un conjunto donde se aplican conceptos de medidas y distancias.
En este contexto, se utilizan estructuras como el espacio euclidiano, donde se pueden calcular áreas, volúmenes y distancias entre puntos. Esto es especialmente relevante en el diseño de áreas verdes, donde la geometría puede ayudar a determinar la disposición de caminos, la superficie de césped y la ubicación de elementos como bancos y fuentes. La geometría permite una aproximación más cuantitativa y precisa en la planificación y diseño de los espacios verdes.
Regresando al concepto de espacio topológico, las relaciones que lo caracterizan incluyen:
- Definición de vecindad y conectividad: permite definir formalmente qué elementos están «cerca» o «conectados» entre sí, facilitando la circulación y el flujo de personas. Por ejemplo, es esencial que todos los caminos estén conectados entre sí y con las diferentes áreas de actividad, garantizando que los usuarios puedan moverse libremente y sin obstáculos.
- Identificación de conjuntos abiertos y cerrados: Los conjuntos abiertos en un espacio topológico de un parque serían las áreas accesibles al público, mientras que los conjuntos cerrados podrían ser zonas restringidas o elementos fijos como fuentes o esculturas. La identificación clara de estas áreas ayuda a los visitantes a orientarse y a entender el uso adecuado de cada espacio.
- Análisis de continuidad y fronteras: La topología permite estudiar la continuidad de los espacios y la relación entre elementos, identificando fronteras y límites. Esto es clave para evitar barreras visuales o físicas que fragmenten el parque. La continuidad asegura que las áreas fluyan de una a otra sin interrupciones abruptas, lo que es crucial para la accesibilidad. Ten presente que podemos generar esas barreras cuando deseamos definir un conjunto cerrado como las áreas de servicio de mantenimiento.
- Generalización de conceptos métricos: Aunque no se usen métricas numéricas (como en el espacio geométrico), la topología generaliza ideas como distancia, vecindad y límite, que son fundamentales para el diseño de áreas verdes accesibles e intuitivas. Esto permite crear espacios que se perciben como cohesivos y bien integrados, facilitando la navegación y el disfrute de todos los usuarios.
¿Y para qué analizamos todo esto?, ¿Cómo influye la topología en la percepción y experiencia del usuario en un paisaje?
No cabe duda de que influye mucho en la percepción y experiencia del usuario en un paisaje. Lo hace a través de varias dimensiones que afectan cómo se interactúa y se entiende el entorno.
Cuando nos toca planificar un espacio verde, es fundamental que consideremos estos aspectos para hacerlo más accesible e inclusivo dentro de lo posible.
Dimensiones de la Percepción
- Relación entre el Observador y el Paisaje: La configuración espacial establece un vínculo entre el observador y el paisaje (campo visual). La posición del observador determina qué se puede ver y cómo se experimenta el espacio, afectando la percepción de la profundidad, la continuidad y la discontinuidad de los elementos del paisaje. Este vínculo es esencial para crear puntos de interés visual y guiar el recorrido del usuario a través del espacio.
- Escalas de Aproximación: La experiencia del paisaje varía según la escala desde la cual se observe. Un paisaje puede ser percibido de manera diferente desde una vista lejana (macro) en comparación con una experiencia cercana (micro), donde los detalles y texturas se vuelven más relevantes. Esto implica que la identidad del paisaje está condicionada por la experiencia individual y las diversas escalas de aproximación. Por ejemplo, un parque puede ofrecer vistas panorámicas impresionantes desde lejos mientras que, en un nivel más cercano, los usuarios pueden apreciar las texturas de las plantas y los detalles del mobiliario urbano.
- Subjetividad Perceptiva: La percepción del paisaje no es solo visual, sino que también involucra aspectos emocionales y psicológicos. Conceptos como la topofilia (afecto hacia lugares significativos) y la topofobia (miedo o aversión a ciertos espacios) reflejan cómo las experiencias pasadas y los recuerdos influyen en la forma en que se perciben y valoran los paisajes. Es crucial diseñar espacios que generen conexiones emocionales positivas y recuerdos memorables.
Experiencia Sensorial
El diseño topológico también permite explorar la dimensión polisensorial de la experiencia paisajística. Esto significa que el paisaje se experimenta no solo a través de la vista, sino también a través del tacto, el sonido y otros sentidos. Esta multidimensionalidad enriquece la experiencia del usuario, haciendo que el paisaje se sienta más vivo y dinámico. Por ejemplo, el sonido del agua en una fuente, el aroma de las flores y la textura de los diferentes materiales utilizados en los senderos contribuyen a una experiencia integral.
Interacción y Movimiento
Este enfoque fomenta la interacción entre el usuario y el paisaje. Los diseños que lo consideran permiten que los usuarios se muevan a través de espacios que cambian en función de su trayectoria, creando una experiencia más envolvente. La forma en que los caminos se curvan, se elevan o se conectan puede influir en cómo se percibe el paisaje y en las emociones que evoca en el usuario.
Un diseño topológicamente bien pensado facilita el flujo natural del movimiento, evitando barreras y mejorando la accesibilidad para todos.
Hasta aquí llego con el artículo esperando haber sido claro, y si no lo fui, déjame tu comentario.
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