El artículo de hoy tiene una conexión emocional muy profunda con mi adolescencia. La imagen del banner es de 1907 cuando se inauguró en Mendoza el Hospital Provincial que posteriormente se lo llamó Hospital Emilio Civit.
Se construyó para atender a hombres, mujeres y niños, como decían los periódicos de la época. Posteriormente, en la década de 1970, comenzó a funcionar solamente como hospital infantil.
Ochenta y un años después, y por un período de casi 4 años, estuve yendo todos los domingos como voluntario a jugar con los niños internados allí.
Nos reuníamos a las 8:30 de la mañana en una pequeña capilla que se encuentra en el predio, orábamos y luego nos dirigíamos al espacio que el hospital nos había prestado para guardar, entre otras cosas, los juegos y juguetes que teníamos para entretener a los niños internados.
La alegría en sus pequeños rostros y en el de sus madres con nuestra llegada a cada pabellón aun me desprenden lágrimas.
Pocas veces tuve el valor y la fortaleza espiritual necesaria para sumarme al grupo de voluntarios mayores que visitaban los pabellones 12 y 14 de niños con enfermedades terminales.
Conectar con las alegrías, las angustias y el dolor por la pérdida deja una huella indeleble.
Pero no me voy a detener más en mis recuerdos de las salas sino en los de los jardines.
La fotografía más antigua del banner corresponde a los inicios de todo, y te lo cuento así porque en sus alrededores no hay nada de la vegetación que forma parte del Parque General San Martín.
En nuestras visitas dominicales caminábamos entre los pabellones que tenían espacios ajardinados y en los que nos encontrábamos con padres, madres y hermanos realizando diversas actividades que los desconectaran de la realidad vivida detrás de las paredes.
Para centrarnos en el artículo, te presento un resumen de algunas características y beneficios de los espacios verdes en hospitales infantiles, un tema que merece mayor atención y acción.
La integración de áreas verdes en hospitales infantiles es una práctica cada vez más reconocida por su impacto positivo en la salud y el bienestar de los pacientes pediátricos. Estos espacios no solo ofrecen un ambiente más agradable, sino que también contribuyen al proceso de recuperación física y emocional de los niños.
Es esencial comprender cómo el diseño de estas áreas puede influir en la experiencia hospitalaria de los niños y sus familias desde el momento en que se llega a las puertas del nosocomio.
Características de las Áreas Verdes en Hospitales Infantiles
- Diseño Centrado en el Niño: Los espacios deben ser atractivos y estimulantes para los niños, incorporando elementos lúdicos y educativos que fomenten la exploración y el aprendizaje. Aquí hay que considerar espacios para los que están bajo tratamiento y para los hermanitos que van de visita.
- Accesibilidad Universal: Deben ser accesibles para todos los pacientes, incluyendo aquellos con movilidad reducida o necesidades especiales, garantizando que todos puedan beneficiarse del espacio.
- Conexiones desde las habitaciones: Ventanas y puertas que ofrezcan vistas al jardín no solo mejoran la experiencia del paciente, sino que también permiten a los familiares disfrutar del entorno natural sin salir del área médica
- Diversidad de espacios: Crear diferentes tipos de áreas, como jardines sensoriales, zonas de meditación y áreas recreativas, permite a los usuarios elegir cómo interactuar con el entorno según sus necesidades
- Seguridad: Es primordial garantizar la seguridad mediante materiales adecuados, superficies antideslizantes y antirreflectactes; y la eliminación de plantas tóxicas o alérgenas.
- Espacios para la Interacción Social: Áreas que promuevan la interacción entre pacientes, familiares y personal médico, fortaleciendo las redes de apoyo y mejorando la experiencia hospitalaria.
- Integración de la Naturaleza: Uso de elementos naturales como agua, rocas y madera para crear un ambiente relajante y conectar a los pacientes con la naturaleza.
- Manual de mantenimiento claro: Es importante contar con un plan de mantenimiento que asegure la conservación del espacio tal como fue diseñado originalmente. Esto ayuda a preservar el ambiente pacífico y calmante que se busca en estos jardines
Beneficios de las Áreas Verdes en Hospitales Infantiles
- Reducción del Estrés y la Ansiedad: La presencia de plantas y espacios naturales puede disminuir los niveles de estrés y ansiedad en los niños y la de sus acompañantes, lo cual es fundamental durante el proceso de recuperación.
- Mejora del Estado de Ánimo: Los entornos naturales pueden elevar el ánimo y promover sentimientos positivos, ayudando a combatir la depresión y el aislamiento que a veces acompaña a la hospitalización.
- Estimulación del Desarrollo Cognitivo y Físico: Las actividades en jardines, como la jardinería o la observación de la naturaleza, pueden estimular el desarrollo cognitivo y fomentar la actividad física.
- Apoyo en Terapias Médicas: Las áreas verdes pueden utilizarse como espacios para terapias ocupacionales, físicas y psicológicas, ofreciendo un entorno más agradable y menos clínico.
- Beneficios para Familiares y Personal Médico: No solo los pacientes se benefician; las áreas verdes también proporcionan un espacio de relajación para familiares y personal, lo que puede mejorar el cuidado brindado.
Mirando hacia atrás en mis experiencias en el Hospital Emilio Civit, entiendo ahora más que nunca el impacto profundo que tienen las áreas verdes en la vida de los niños hospitalizados, en las de sus familiares y del personal que lleva a cabo sus labores allí.
Esos jardines no solo ofrecían un respiro del ambiente clínico, sino que eran lugares donde la esperanza y la alegría podían florecer incluso en los momentos más difíciles. Por eso, es fundamental que sigamos promoviendo la integración de espacios naturales en los hospitales infantiles. Al hacerlo, no solo mejoramos la calidad de vida de los pequeños pacientes y sus familias, sino que también cultivamos un entorno propicio para la sanación física y emocional. Invirtamos en estos oasis de naturaleza y recordemos que, a veces, las semillas más pequeñas pueden dar lugar a los árboles más grandes y en nuestro caso a los cambios más significativos.