El titular de este artículo contenido en el banner está inspirado en una campaña contra el cáncer, es un golpe potente y crudo que espero lleve a la reflexión.
En las publicaciones anteriores que he escrito principalmente desde el proyecto de Jardines Inclusivos haciendo foco en el desarrollo de las áreas verdes públicas y privadas para propiciar (dentro de ciertos límites) la accesibilidad y el disfrute de estas por parte de todos.
Hoy me referiré a las discapacidades sobrevenidas porque es una realidad que no tenemos la fuerza y resistencia de un superhéroe a lo largo de toda la vida.
O si se tiene, algunos encuentran su kryptonita a lo largo de su vida.
La discapacidad sobrevenida se define como aquella que aparece a partir de los 6 años, como consecuencia de situaciones externas o internas no congénitas. Esto significa que la discapacidad no está presente desde el nacimiento, sino que se desarrolla en algún momento posterior de la vida.
Te comenté al inicio que el texto del banner era potente, a mí me golpeó indirectamente cuando la diabetes de mi padre hizo que tuviera que usar una silla de ruedas y al final de su vida cómo varios accidentes cerebrovasculares lo dejaron en cama.
Las causas de la discapacidad sobrevenida pueden ser muy diversas, entre ellas:
- Accidentes: Accidentes de tráfico, laborales, deportivos, etc.
- Enfermedades: Enfermedades degenerativas, enfermedades crónicas, enfermedades autoinmunes, etc.
- Ictus: Accidentes cerebrovasculares que pueden provocar daños en el cerebro y causar discapacidades físicas o cognitivas.
- Tumores: Tumores cerebrales o de la médula espinal que pueden afectar al sistema nervioso y causar discapacidades.
- Otras causas: Intoxicaciones, traumatismos, violencia, etc.
Me imagino que a esta altura de la lectura tengas deseos de abandonar, y te entiendo.
Pero quiero aprovechar la oportunidad que me has dado al detenerte en el artículo para reconocer y agradecer a quienes realizan los servicios de rehabilitación, a los servicios de apoyo domiciliario, a quienes desarrollan ayudas técnicas, los grupos de apoyo y a quienes desarrollan sus servicios en agencias de empleo.
Podemos hablar todos los días sobre accesibilidad e inclusión en edificios, en entornos digitales y en muchas más áreas.
Dictar normas y leyes.
No sé si te ocurre o piensas que sigue faltando información o una buena comunicación en la sociedad.
Tal vez nos falta empatía, hasta que nos toca de cerca.
Cuando nos toca, recién ahí, podemos reconocer el trabajo de muchos profesionales que procuran una vida mejor a sus semejantes.
Ahora, hoy, podemos aportar nuestro granito de arena desde cualquier lugar que ocupemos en nuestra sociedad como, por ejemplo:
En el ámbito laboral:
- Contratar a personas con diversidad funcional: Dar oportunidades de empleo y proporcionarles las adaptaciones necesarias para que puedan desempeñar sus funciones correctamente.
- Crear un ambiente de trabajo inclusivo: Fomentar la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo y sensibilizar a los empleados sobre la discapacidad.
- Apoyar a los empleados: Ofrecer programas de apoyo a los empleados con discapacidad, como tutoría o programas de adaptación laboral.
En el ámbito social:
- Participar en eventos y actividades inclusivas: Asistir a eventos y actividades que sean accesibles para todas las personas.
- Apoyar a las organizaciones que trabajan con la discapacidad: Donar dinero, tiempo o recursos a estas organizaciones.
- Ser un ejemplo para los demás: Mostrar respeto y consideración hacia las personas con discapacidad en las interacciones diarias.
En el ámbito personal:
- Informarse sobre la discapacidad: Leer artículos, ver documentales o hablar con personas con discapacidad para comprender mejor sus experiencias y necesidades.
- Ser respetuoso y considerado: Usar un lenguaje inclusivo, evitar hacer suposiciones sobre las capacidades de las personas y ofrecer ayuda cuando sea necesario de manera respetuosa.
- Promover la accesibilidad: Apoyar iniciativas para hacer que los espacios públicos, privados y digitales sean accesibles para todas las personas.
- Ser un aliado: Defender los derechos de las personas con discapacidad y hablar en contra de la discriminación.
- Voluntariado: Ayudar en organizaciones que trabajan con personas con discapacidad.
Es importante recordar que cada uno de nosotros tiene capacidades diferentes y que tenemos nuestras propias necesidades.
Que lo que hoy damos por sentado, mañana puede no serlo, y que si tenemos la suerte de envejecer podemos encontrarnos con desafíos físicos, intelectuales o psicológicos propios de la tercera edad y qué mejor que contar con un mundo y una sociedad que nos reciba.
Juntos somos capaces de construir una sociedad más justa e inclusiva donde todas las personas tengan las mismas oportunidades.
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