Empiezo por decir algo obvio, todos los jardines son sanadores, y más cuando están diseñados para promover el bienestar físico, emocional y social de las personas.
¿Tú que opinas?
Hoy quería comentarte sobre algunos aspectos específicos a considerar porque como este tema ha sido la consulta de un cliente durante la semana pasada, es probable que mi respuesta a él, le sirva a alguien más.
Y espero no equivocarme.
Comenzaré con una parte teórica para luego al final contarte de un ejercicio que vengo haciendo desde los 14 o 15 años, que hasta podría ser divertido para ti.
Comencemos…
Para aquellas personas con discapacidad visual, desde niños a adultos mayores (que bien podríamos ser nosotros dentro de algunos años), estos jardines deben ser especialmente considerados integrando elementos que estimulen los otros sentidos que favorezcan la interacción con el entorno.
Algo que me gustaría ver en las plazas y paseos públicos de mi ciudad para que no sean solo un lugar de paso o para estar sentado por un rato en una banca con sonido del tráfico como paisaje sonoro.
Las características claves que citaré a continuación son válidas para aplicar en el jardín de tu hogar, el de un centro para adultos mayores, un hospital o un hotel que brinda servicios de turismo accesible.
1. Accesibilidad: Los senderos deben de ser amplios (mínimo 1,20m) y estables, es decir, estar construidos con materiales firmes y antideslizantes para facilitar el tránsito con bastones o sillas de ruedas. Además, se deben de incorporar elementos como baldosas táctiles o relieve en las cercas y bordes de los caminos para guiar a los visitantes.
2. Estimulación Sensorial: Como te imaginas en este punto recomiendo incluir una variedad de hierbas y flores aromáticas (como lavanda, menta y romero) que permitan a los visitantes experimentar diferentes olores. También seleccionar plantas con hojas de diferentes texturas (suaves y ásperas) para ofrecer una experiencia táctil rica a través de las manos y también se pueden incluir superficies como arena, piedras o grava en áreas designadas, lo que permite una experiencia táctil variada. En este punto también podemos pensar en una estimulación visual indirecta mediante las formas y colores que si bien la percepción visual está limitada, las plantas y elementos del jardín atraen aves y mariposas pueden ofrecer experiencias visuales indirectas.
3. Espacios de Interacción: Con ello me refiero a crear áreas con bancos accesibles y cómodos donde las personas puedan descansar y disfrutar del entorno. A incluir mesas donde se puedan realizar actividades de jardinería o prácticas sensoriales, fomentando la activa participación.
4. Diseño Inclusivo: Es importante que no haya obstáculos y organizar el jardín en secciones bien definidas, facilitando la orientación y el movimiento. Esto es fundamental para fomentar la autonomía y la confianza en el uso del espacio.
5. Educación y Sensibilización: Cuando estos jardines se encuentran en residencias para adultos mayores y otros entornos sanitarios es imprescindible asegurar que el personal que realiza el mantenimiento del jardín esté capacitado en la atención a personas con discapacidad visual, promoviendo un ambiente acogedor y respetuoso cuando coinciden en el espacio.
Como verás, no es muy complicado hacer los ajustes en un jardín para que sea disfrutado por personas con discapacidad visual, y en realidad por todas las personas.
No se requiere de grandes inversiones económicas y los beneficios de estar en contacto con las plantas y el suelo, de poder apreciar el canto de las aves, el suave susurro de una brisa entre las hojas de los árboles y los aromas que inundan el espacio, son muchos como para no actuar.
Ahora, lo prometido, mi juego/experiencia que vengo realizando desde adolescente y que te ayudará en el diseño de un jardín accesible e inclusivo.
Primero nos pondremos en situación: es domingo, 9 de la mañana, primavera u otoño.
El ejercicio: Estás en el interior de tu hogar cierras bien los ojos o mejor, puedes vendarlos.
- Sales al jardín y lo recorres como puedes. ¿Tienes la sensación de que pierdes el equilibrio? ¿encuentras obstáculos en el camino? Si hay desniveles en el pavimento, ¿qué experimentas cuando los descubres? ¿encuentras un banco para sentarte con facilidad? (recuerda que tienes grandes ventajas porque puedes apelar a tus recuerdos visuales)
- Te sientas y tu rostro apunta al sur o el norte. ¿cómo lo sabes?. Y aquí una ayudita, un lado de tu rostro será capaz de percibir la tibieza de los rayos del sol y el otro estará más fresco por encontrarse a la sombra.
- Escuchas detenidamente y percibes el vuelo de una paloma (es facil de reconocer porque pareciera que le faltara aceite a sus articulaciones), el canto de los pájaros, el zumbido de un abejorro, el sonido de tu respiración o los latidos de tu corazón, el pasar de un vehículo…
- Te concentras ahora en los aromas, ¿hay flores en tu jardín?, ¿dónde crees que se encuentran, a tu derecha, izquierda, al frente?, ¿reconoces el olor a tierra mojada? (ya escribiré sobre la geosmia), ¿percibes olores desagradables?, al caminar hasta el banco ¿has rozado plantas aromáticas? ¿cuáles? ¿puedes identificarlas?
- Se acerca alguien a ti trayendo unas galletas recién horneadas, ¿por dónde se arrima?, ¿de qué son las galletas? ¿aún están tibias? ¿qué textura tienen en tus manos y en tu boca? ¿puedes identificar los ingredientes?
- Has terminado tu estancia en el jardín y debes regresar al interior de tu hogar, ¿sabes el recorrido a realizar? Si es así, magnífico.
- Te invito ahora, desde la comodidad del lugar en el que estás sentado/a, a reconocer nuevamente el espacio, ya con los ojos abiertos, permite que los colores ingresen, identifica el origen de los aromas,…
- Ahora, al regresar al interior de tu hogar, analiza los latidos de tu corazón que seguramente lo hace a un ritmo diferente porque puedes caminar con seguridad y evitar los obstáculos si los hubieran.
Ahora una consulta, ¿te has dado cuenta que en este ejercicio has trabajado con tus 7 sentidos?
Análisis de los resultados: piensa en la experiencia que acabas de realizar, anótala.
- Si no escuchas aves en tu jardín es posible que un estudio de las especies que viven en tu zona te ayuden a elegir plantas que les ofrezcan alimento o refugio, lo mismo ocurre con los insectos.
- Si el sonido de los vehículos que pasan por la calle no te permite apreciar el resto de las experiencias auditivas, considera colocar una barrera auditiva como una cascada o fuente con agua. (también escribiré en un futuro sobre ellas y el beneficio de los iones negativos que generan)
- Si encuentras escalones reemplázalos por rampas en la medida que sea posible, o coloca sistemas de apoyo.
- No tienes dónde sentarte, elige zonas con sol y otras con sombra para colocar sillas o bancos. Y si hay adultos mayores elige aquellos con apoyabrazos anchos para que puedan pararse con facilidad.
- Y si tienes más desafíos para los que no encuentras una solución, consulta o contrata un profesional, porque te daremos más herramientas para reconectarte con la naturaleza.
Para concluir, ¿Te animas a promover la accesibilidad física, sensorial y cognitiva en tu jardín?, ¿y en tu ciudad?
Muchas gracias.