No sé cómo es tu vida y qué tan presente tienes los regalos que te ha dado aunque intuyo que eres una persona especialmente consciente de ellos.
Que hay algo en ti que está dispuesto a manifestarse para dejar a tu paso un mundo mejor.
Mientras tanto te puedo contar mi experiencia y cuál fue el camino recorrido hasta este proyecto.
Tengo ojos funcionales, oídos funcionales, piernas que me llevan de aquí para allá y créeme que les saco provecho.
De adolescente jugaba a descubrir mi jardín usando solo el sentido del oído. Me tapaba los ojos para escuchar lo que ocurría allí.
Si volaba alguna abeja sobre la lavanda, si un colibrí venía a alimentarse en el agapanto o si había una pititorra comiendo bichitos en la hiedra que cubría una pared.
También me vendaba los ojos con un pañuelo e intentaba recorrerlo sin tropezar y caerme.
Luego suprimía la audición tapándome los oídos con las manos y prestaba atención a todos los detalles que podía observar.
Las hormigas trabajando, los bichitos bolita que corrían a esconderse si levantaba una maceta y muchas cosas más.
Era solo un ejercicio o juego que hoy, más de 30 años después, tomó una nueva dimensión.
Hace mucho tiempo que trabajo con los jardines, en el diseño de estos y me he concentrado solamente en las necesidades de mis clientes.
Durante el proceso de estudio para certificarme como terapeuta hortícola me llevó a mirar con ojos renovados todas las poblaciones que conforman la sociedad y movió fibras tan íntimas que son imposibles de ignorar.
Como te habrá ocurrido a vos, por otras razones tal vez, para haber llegado a esta página.
A mí me llevó a regresar a mis experiencias de la adolescencia y mirar los jardines que tanto amo analizándolos sobre cómo pueden ser disfrutados con una diferencia funcional.
Parecía que me había sentado sobre un hormiguero y tenía que hacer algo: trabajar en la intervención de las áreas verdes públicas y privadas para que verdaderamente fueran inclusivas y terapéuticas.
Con este “sueño utópico” compartido con una colega iniciamos.
Se sumaron a ese proyecto excelentes profesionales para atender una multiplicidad de aspectos. Con visiones y experiencias exquisitas sobre la comunicación y la inclusión.
Ahora solo faltas tú como el verdadero agente de cambio.
Una persona fuerte y decidida a invertir los recursos que permitan materializar esas áreas verdes inclusivas.
Que permitan realizar actividades con fines terapéuticos.
No nos avergüenza reconocer que te necesitamos para materializar el sueño porque tú eres el verdadero héroe o heroína en esta historia.
Eres quien da el espacio y los recursos para que ese 11% de la sociedad que tiene alguna diversidad funcional pueda acceder y disfrutar del contacto con las plantas y la naturaleza.
Nosotros seremos tus mentores para que nadie se quede afuera.
Para ello hemos desarrollado una serie de servicios que te ayudarán a imprimir tu propia huella en el mundo que tenemos y dejar en el camino una sociedad mejor.