Creo que todo lo que existe en el mundo se lo debemos a los soñadores, a quienes dejaron en libertad su creatividad y no tomaron los fracasos como derrotas.
A quienes descubrieron una necesidad y se empeñaron en encontrar una solución.
A quienes se cayeron del caballo, se pararon, se sacudieron la tierra, y se volvieron a montar.
Supongo que estarás de acuerdo con algo de lo que he escrito, y a partir de ello puedo decir que bajo algunas de estas características considero que soy un soñador en mi pequeño mundo.
¿Y vos?
Mi sueño es acercar la naturaleza a las personas cuando éstas no pueden ir a ella o acceder a ella por diferentes razones.
No soy un inventor, pero tal vez tenga algo de “visionario”.
Y en esas visiones me observo dentro de 30 años y cómo me relacionaré con los jardines.
Hay grandes científicos, médicos, terapeutas y otros profesionales que vienen trabajando en descifrar los intrincados recovecos del cerebro humano desde hace décadas y nos han revelado grandes misterios en torno al por qué nos beneficiamos física, emocional e intelectualmente con la interacción con la naturaleza.
Tenemos muchas respuestas. Sabemos qué nos hace bien y el porqué de ello.
Pero, si no la tenemos al alcance de la mano, difícilmente nos beneficiemos.
Ahora te invito a jugar conmigo, a soñar despiertos en ese mundo por el que todos trabajamos.
Imagina un espacio verde en la terraza de un edificio, un jardín diseñado especialmente para adultos mayores, donde cada elemento ha sido concebido para fomentar la autonomía y el bienestar.
Este proyecto de jardín inclusivo que a la vez es terapéutico, no solo busca embellecer el entorno urbano, sino también ofrecer un refugio donde la naturaleza y la tecnología se fusionen para mejorar la calidad de vida.
A raíz de la colaboración con INDOMUS Viviendas Universales surgen nuevas ideas que, aunque disparatadas para algunos, a mi me invitan a soñar y a revelar nuevas/viejas necesidades para optimizar los espacios, hacer más accesibles las estancias, para que la domótica también sirva de un apoyo, y…
Mejor te cuento algunas de esas “locas ideas” porque harían que el jardín se adapte al usuario.
Se adapte a ti y a mi dentro de unos años, o a quien hoy tenga esa necesidad.
Y sí, dije “domótica” que suena a futurista, pero no hay que mudarse al mundo de los Supersónicos, solo basta con desarrollar algunos pequeños aspectos de ella en esta línea.
Canteros elevables y desplazables
Visualiza canteros que se elevan suavemente a la altura ideal para trabajar en ellos sin esfuerzo. Con solo presionar un botón, estos canteros se ajustan a la necesidad del usuario, permitiendo el cultivo de plantas aromáticas o flores de temporada sin tener que agacharse. Además, su diseño innovador permite que se desplacen lateralmente, creando pasillos más anchos para facilitar el acceso y la movilidad.
Bancos inteligentes y funcionales
Imagina bancos que no solo son cómodos, sino que también se adaptan a las necesidades del usuario. Estos bancos cuentan con apoyabrazos que se despliegan desde el interior de un elegante mueble en la terraza, ofreciendo soporte al levantarse o sentarse. O bien, bancos que se elevan mediante un sistema de plegado del suelo, asegurando que cada persona pueda disfrutar del espacio sin esfuerzo.
Tecnología al servicio del bienestar.
Sistemas de audio inteligente
El jardín no solo será un lugar para trabajar la tierra; también será un espacio donde se pueda disfrutar de música suave o sonidos de la naturaleza. Un sistema de audio inteligente permitirá a los usuarios reproducir su música favorita o recibir notificaciones sobre visitas a casa con solo dar una orden verbal. Esto no solo mejora la experiencia sensorial, sino que también asegura que nadie se sienta aislado.
Parasoles automáticos
En un día soleado, imagina poder activar un parasol con solo apretar un botón o dar una orden de voz. Este sistema no solo proporcionará sombra, sino que también protegerá a los usuarios del calor excesivo, permitiéndoles disfrutar del aire libre en cualquier momento del día.
Riego automático y sostenible
Como a esto ya lo tenemos, es fácil de incorporar. La tecnología de riego automático garantizará que las plantas siempre estén bien hidratadas sin que los usuarios tengan que preocuparse por ello. Sensores inteligentes medirán la humedad del suelo y activarán el riego cuando sea necesario, permitiendo que el jardín crezca con poco esfuerzo.
Este jardín inclusivo y terapéutico que te comparto no es solo una visión; es una oportunidad para transformar vidas.
Hay un proverbio chino que me gusta: “El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años, el segundo mejor momento es ahora” y lo traigo a colación porque opino lo mismo con las viviendas adaptadas y los jardines accesibles e inclusivos en una sociedad que avanza en edad vertiginosamente.
Te invito a ser parte de este sueño invirtiendo en viviendas con INDOMUS Viviendas Universales y en jardines terapéuticos inclusivos con nosotros porque es invertir en el futuro del bienestar humano.
¿Te sumas al cambio?