Orientación de los jardines terapéuticos en residencias de adultos mayores

Si me preguntas ¿cuál es la mejor orientación en un jardín terapéutico? te respondería otra vez con un “depende” y eso a mucha gente no le gusta.

Pero lo cierto es que hay muchas variables para tener en cuenta que van desde el lugar en el planeta en el que está, el diseño del edificio y los usuarios.

Por eso hoy vengo a contarte algunos detalles como para explicar ese “depende” de mi respuesta.

Cuando se trata de diseñar jardines terapéuticos para residencias de adultos mayores (y también en otros casos), la orientación del espacio es un factor clave a considerar.

Creo haber comentado en algún momento sobre los diversos estudios que han demostrado que la exposición a la luz natural y la conexión con el entorno exterior pueden tener un impacto significativo en el bienestar y la salud mental de las personas, especialmente aquellas que sufren de deterioro cognitivo relacionado con el envejecimiento.

Y con ello ya te estoy dando una pista clave: “la exposición a la luz natural”

Al hablar de la “orientación” de un jardín terapéutico me refiero a su disposición espacial respecto a los puntos cardinales (norte, sur, este y oeste). Esta disposición influye directamente en la incidencia de la luz solar y la generación de sombras, elementos clave en el diseño de este tipo de espacios.

Una orientación norte-sur, donde el jardín recibe la luz solar de manera más uniforme a lo largo del día, puede ser particularmente beneficiosa en contextos de clima cálido. Esta orientación ayuda a evitar la sobreexposición al sol en las horas de mayor calor, permitiendo que los usuarios disfruten del jardín en diferentes momentos del día sin los riesgos asociados a la radiación solar excesiva.

Para los adultos mayores, la capacidad de utilizar el espacio exterior durante todo el día puede mejorar su bienestar físico y mental, ya que la exposición controlada a la luz natural se ha vinculado con la regulación de los ritmos circadianos y la mejora del sueño, factores cruciales en la prevención y el manejo del deterioro cognitivo.

Estudios en neurociencia han demostrado que la exposición a la luz solar, especialmente en las primeras horas de la mañana, juega un papel esencial en la producción de serotonina, un neurotransmisor que mejora el estado de ánimo y la función cognitiva. Un jardín orientado norte-sur puede facilitar esta exposición matutina permite a los residentes beneficiarse de estos efectos positivos.

Por otro lado, una orientación este-oeste asegura que el jardín reciba luz solar directa durante la mañana y la tarde, lo que puede ser ventajoso en climas más fríos o en estaciones donde el calor es menos intenso. Esta orientación permite que los residentes aprovechen el sol de la mañana, lo que es especialmente beneficioso para aquellos con deterioro cognitivo leve a moderado. La luz matutina, rica en luz azul, es particularmente efectiva en la activación de mecanismos cerebrales relacionados con la alerta y la memoria.

Además, en estudios relacionados con el envejecimiento y la orientación espacial, se ha encontrado que las personas mayores pueden beneficiarse de un entorno donde la luz natural cambia perceptiblemente durante el día, ayudándoles a mantener una mejor percepción del tiempo y de su entorno. Esto es crucial para reducir la confusión y la desorientación, problemas comunes en personas con demencia o Alzheimer.

Como verás, la orientación elegida está muy vinculada a la luz natural que juega un papel crucial en el mantenimiento de la salud cognitiva y el bienestar de los adultos mayores.

Como hay muchos estudios relacionados a los beneficios de la exposición solar, te contaré sobre cinco de ellos.

  1. Producción de Vitamina D: La luz solar, especialmente los rayos UVB, estimulan la síntesis de vitamina D en la piel. Esta vitamina es crucial para la salud ósea y puede ayudar a prevenir enfermedades como la osteoporosis y la diabetes tipo 2.
  2. Mejora del Estado de Ánimo: La exposición al sol aumenta la producción de serotonina, un neurotransmisor que contribuye a la sensación de bienestar y felicidad. Esto es especialmente relevante para combatir la depresión estacional, que afecta a muchas personas durante los meses más oscuros.
  3. Regulación del Ritmo Circadiano: La luz solar ayuda a regular el ciclo de sueño-vigilia al influir en los niveles de melatonina. La melatonina, que se produce en la oscuridad, es esencial para un sueño reparador. La exposición a la luz solar durante el día puede mejorar la calidad del sueño en adultos mayores.
  4. Liberación de Endorfinas: La luz solar también promueve la liberación de endorfinas, conocidas como las “hormonas de la felicidad”, que pueden reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional. Recordemos que la producción de esta hormona en el hipotálamo y la hipófisis es estimulada por el ejercicio físico, la risa, las actividades creativas y relajantes, los recuerdos de experiencias felices, etc. que estan vinculadas a las intervenciones dentro de la horticultura terapéutica y de otros factores derivados de la alimentación y el contacto físico como para citar algunos.
  5. Efectos en la Salud Cardiovascular: Estudios han encontrado que una mayor exposición controlada a la radiación solar (radiación ultravioleta) está asociada con una reducción en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que estimula la producción de óxido nítrico en el cuerpo que dilata los vasos sanguíneso mejorando el flujo sanguíneo y reduciendo la presión arterial. Además el sol contribuye a regular los nuveles de colesterol en sangre.

Como verás, independientemente de la orientación elegida, es importante diseñar el jardín terapéutico de manera que maximice los beneficios de la luz natural y el entorno exterior. Esto puede incluir la incorporación de amplias ventanas o puertas corredizas que permitan una vista clara del jardín desde el interior de la residencia, así como la creación de senderos y áreas de descanso que faciliten la exploración y el disfrute del espacio exterior.

Tanto la orientación este-oeste como la norte-sur tienen sus ventajas, y la elección final debe basarse en las necesidades específicas de la residencia y sus residentes. Sin embargo, en ambos casos, la incorporación de luz natural y la conexión con el entorno exterior son fundamentales para promover la salud cognitiva y el bienestar general de los adultos mayores.

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