Hoy quería compartir contigo una mirada diferente del típico sendero o camino que une dos puntos en un jardín y para ello te propongo un juego, te tendrás que transportar al interior de la imagen del banner usando la imaginación creativa de la niñez e ignorando aquellos aspectos del lugar que no son inclusivos.
Estás en un sendero que, con cada paso, te va revelando un nuevo paisaje; un rincón sombreado por majestuosos árboles, una suave colina que te regala una vista panorámica o el murmullo de un arroyo que te invita a detenerte y respirar con calma. Eso es la promenade, un camino diseñado para despertar tus sentidos y conectarte con la esencia del lugar.
Pero la promenade no es solo un recorrido físico; es una experiencia narrativa en sí misma. Desde sus orígenes en los jardines formales del Renacimiento, ha evolucionado para ofrecernos un trayecto que estimula la vista, el olfato, el tacto y, en esencia, el alma. A lo largo del tiempo, los jardines paisajísticos ingleses del siglo XVIII adoptaron esta idea y la transformaron, integrándola en entornos más naturales y románticos. Así nació una invitación permanente a descubrir la belleza en cada curva.
Ahora vuelve a activar la imaginación porque como hemos dicho la promenade es un viaje sensorial con una narrativa propia.
Te invito entonces a emprender un viaje especial, donde cada paso en el sendero cuenta una historia y cada giro revela un nuevo capítulo del paisaje.
Como todo buen relato, nuestra historia comienza con un hilo conductor; el recorrido mismo. A veces se presenta recto y sosegado, permitiéndote contemplar lo que viene por delante. En otros momentos, serpentea juguetonamente, guardando secretos tras cada curva. Los materiales bajo tus pies y el ancho del sendero cambian sutilmente, anticipando las diferentes escenas que están por venir.
A medida que avanzas, el camino te presenta sus tesoros visuales. Como páginas de un libro ilustrado, cada tramo te regala una nueva vista; quizás un lago sereno que refleja el cielo, la silueta distante de un horizonte que te hace soñar, o una escultura majestuosa que te invita a detenerte y reflexionar.
Pero esta historia no se cuenta solo con imágenes. Una rica banda sonora natural acompaña tus pasos; el agua que fluye cuenta sus secretos, las hojas susurran bajo tus pies, y las flores comparten sus fragancias sutiles. Cada sentido participa en la narración, creando una experiencia inmersiva completa.
En este relato, la vegetación juega papeles fundamentales. Los árboles son guardianes que brindan cobijo, los arbustos definen espacios como párrafos bien estructurados, y las flores pintan el aire con sus perfumes cambiantes. Juntos, crean una historia viviente que se transforma con cada estación.
Como escenas clave en nuestra narrativa, las estructuras arquitectónicas marcan momentos significativos en el recorrido. Un puente se convierte en un paso a otro capítulo, una pérgola ofrece un interludio contemplativo, y los miradores te elevan para ver la historia desde una nueva perspectiva. Cada elemento construido añade ritmo y profundidad a esta historia paisajística.
La Promenade en Jardines de hospitales, residencias y centros de día
¿Qué papel juega la promenade en un espacio tan específico como el de un entorno sanitario? La respuesta trasciende la mera funcionalidad paisajística. En entornos sanitarios, un sendero diseñado con intencionalidad terapéutica se convierte en una poderosa herramienta de diseño curativo, capaz de influir significativamente en los procesos de recuperación y en el bienestar psicoemocional de todos sus usuarios.
Ya te he contado en otros artículos sobre la evidencia científica que respalda que la exposición a entornos naturales cuidadosamente diseñados puede reducir los niveles de cortisol, disminuir la presión arterial y mejorar la función inmunológica. Cuando un paciente, familiar o profesional sanitario transita por una promenade hospitalaria, cada elemento ha sido pensado para crear una experiencia multisensorial sanadora.
La vegetación no es casual, se seleccionan especies por sus propiedades calmantes, como la lavanda y el romero, se entrelazan con árboles que proporcionan sombra modulada y arbustos que crean espacios de intimidad. Esta composición vegetal actúa como un bálsamo natural para el sistema nervioso.
El diseño acústico incorpora elementos que enmascaran los sonidos hospitalarios. El murmullo del agua en fuentes estratégicamente ubicadas, el susurro de gramíneas ornamentales mecidas por el viento, el canto de aves atraídas por una vegetación biodiversa. El paisaje sonoro contribuye a crear un ambiente de serenidad y desconexión.
Entonces podemos decir que la promenade aquí trasciende su función estética para convertirse en:
- Un espacio de descompresión emocional para familias que procesan noticias difíciles
- Un entorno que favorece la movilización temprana en pacientes en rehabilitación
- Un recurso para la reducción del estrés en el personal sanitario durante sus descansos
- Un facilitador de interacciones sociales saludables fuera del ambiente clínico
Para finalizar creo que podría resumir a la promenade como un elemento fundamental en la humanización de espacios sanitarios, transformando la experiencia hospitalaria tradicional en una donde la naturaleza se convierte en aliada del proceso terapéutico. No es simplemente un camino; es un viaje hacia el bienestar que aporta serenidad, esperanza y dignidad a todos quienes la recorren.
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