Cuando pensamos en incorporar elementos naturales en residencias para adultos mayores, a menudo nos imaginamos plantas y flores reales que alegran los espacios, y es lo que me gustaría que ocurriera siempre. Sin embargo, en ocasiones las plantas naturales no son una opción viable debido a problemas de mantenimiento, alergias o toxicidad.
Afortunadamente, existen alternativas que pueden brindar algunos beneficios a través del uso de plantas artificiales y aromatizantes.
Puede sonarte a contradicción viniendo de mi que pudiera recomendar “plantas de plástico” como me han llegado a decir. Pero si los usuarios del espacio tienen deterioro cognitivo y las plantas naturales o el sustrato que las soporta pueden constituirse en una amenaza, las prefiero a usar en su lugar una fotografía en la pared de la misma planta.
Sin duda que combinar las fotografías de paisajes con las plantas naturales y otros elementos harán de la estancia un lugar mejor. De ello hay muchas muestras y estudios que lo avalan y que aplican los diseñadores de interior especializados en biofilia.
Retomando el tema de las plantas artificiales he de contarte que han evolucionado mucho en los últimos años, ofreciendo una apariencia cada vez más realista. Aunque no pueden reemplazar los beneficios de las plantas naturales como la purificación del aire, las plantas artificiales de calidad pueden ser una opción práctica y estética en residencias de adultos mayores porque permiten disfrutar de la belleza y el aspecto natural sin los desafíos del cuidado y mantenimiento.
Si bien no he encontrado estudios específicos sobre el impacto de las plantas artificiales en los residentes de estos centros (que no implica que no se hayan hecho), sí podemos decir que estas no son solo decorativas. Al crear un ambiente más acogedor y natural, las plantas artificiales pueden reducir la sensación de estar en un entorno institucional y fomentar una conexión con la naturaleza. Esto es especialmente importante para aquellos con deterioro cognitivo, quienes pueden beneficiarse de la estimulación sensorial y la evocación de recuerdos.
Pero las plantas artificiales no tienen por qué quedarse en lo visual. Al combinarlas con aromatizantes naturales, podemos hacer más realista la experiencia.
Como te comenté la semana pasada, los aromas juegan un papel crucial en la memoria y las emociones, y pueden ser una herramienta poderosa en el cuidado de adultos mayores.
Imagina que decoras una pared con plantas que representan un jazmín y potencias la experiencia en esa sala con un aromatizante de la misma especie. La experiencia cambia, se potencia, e incluso parecería que florece durante todo el año.
Aquí es importante considerar que los perfumes deben de ser sutiles.
La aromaterapia ha demostrado ser efectiva en la reducción de la ansiedad y la mejora del estado de ánimo en esta población. Aromas como la lavanda y el limón tienen propiedades calmantes y pueden inducir un estado de relajación.
Pero no deseo continuar hablando de ello, te invito a que leas sobre marketing olfativo o aromarketing con lo que descubras que posiblemente hayas tenido una experiencia inmersiva en ello y mis palabras adquieran un significado más cercano.
A continuación, te comparto un cuadro comparativo entre los pros y los contras del uso de la imagen de la planta, la planta artificial y la planta natural. Pero quiero remarcar que es entre la elección de una o la otra y que, si combinamos todas las expresiones de la naturaleza cada vez que se pueda, los beneficios van más allá que la simple suma de los elementos.
Ahora en honor a mi profesión regreso a la naturaleza viva, porque entre los beneficios que podemos citar por su incorporación en el interior de los edificios son muchos. La mejora del bienestar emocional, la estimulación sensorial y cognitiva, la reducción del estrés y niveles de ansiedad, la creación de espacios agradables y con una mejor calidad del aire, y un gran etcétera.
Por ello te podrías realizar muchas preguntas y te invito a dejarlas en los comentarios para seguir interactuando.
Yo te respondo ahora imaginando que me haces algunas de las más frecuentes que me hacen.
- Maximiza la luz natural: Asegúrate de que los espacios interiores tengan acceso a luz natural que no solo ayudará a que las plantas prosperen, sino que además mejora el estado de ánimo de los residentes, y también regula los ciclos de sueño y vigilia. Las ventanas grandes o los tragaluces pueden además a ayudar a integrar la vegetación exterior en la experiencia diaria de los residentes.
- Selecciona el material vegetal: Utiliza plantas de interior, es decir adaptadas a condiciones de luminosidad reducida. En áreas comunes y privadas puede reducir la sensación de estar en un entorno cerrado. Las plantas debes seleccionarlas por su capacidad de purificar el aire y su bajo mantenimiento. Puedes recurrir a las que la NASA ha seleccionado por su capacidad de absorber sustancias volátiles que provienen de los productos de limpieza, pinturas y máquinas como las fotocopiadoras, e incluso las radiaciones electromagnéticas que muchos equipos emiten, así podrás tener algunas opciones comprobadas (salud ambiental).
Para terminar esta reflexión, si me preguntaras ¿Qué es mejor, plantas naturales o artificiales? Te respondería con un gran “depende”.
Analizaría el espacio, los usuarios, el objetivo que se persigue con ello y un sinnúmero de variables más.
Las plantas pueden perseguir fines terapéuticos, decorativos usadas individualmente o en un jardín vertical, como marcadores para identificar lugares como, por ejemplo: la sala de las margaritas para realizar talleres, la salida a un jardín exterior, o como elementos que generen cortes visuales de apoyo y marquen límites en un largo pasillo generando el efecto umbral que hemos aprendido con la Arquitecta Berta Brusilovsky.
Regresando a la pregunta, en lo personal prefiero “las de verdad” a las “de mentira” <ya me entiendes ¿verdad?>, pero si ello no se puede, con las plantas artificiales puedes lograr un impacto algo similar y para mejorar los efectos puedes ayudarte con el empleo de aromas y gigantografías de paisajes naturales.
Recuerda que cada elemento que elijas debe ser meticulosamente estudiado y trabajado con el personal de la institución (profesionales, pacientes y sus familiares) en la medida que sea posible, porque cada centro es único.
Ahora me despido invitándote a compartir conmigo tus experiencias e inquietudes. Juntos podemos construir una comunidad donde el conocimiento sobre el poder terapéutico de las plantas se difunda y beneficie a más adultos mayores.
¡Hagamos de la vejez una etapa llena de bienestar y conexión con la naturaleza!