¿Y si las plantas que elegimos para decorar pudieran hacer mucho más que solo verse bonitas?
A menudo pensamos en las plantas como un simple toque de verde en nuestras casas u oficinas. Pero una nueva perspectiva, que une la neurociencia con el diseño de interiores y el paisajismo, nos muestra que podrían ser una herramienta increíble para nuestro bienestar mental.
Hoy quiero abrir el debate sobre cómo ciertas plantas, específicamente las que tienen hojas de varios colores (variegadas) y las que tienen agujeros naturales (fenestradas), pueden tener un impacto directo y positivo en personas neurodivergentes (como quienes tienen Autismo, TDAH, dislexia, etc.).
La idea subyacente es simple, cada cerebro procesa la información de su entorno de una manera única. Lo que para algunos es un ambiente tranquilo, para otros puede ser aburrido o, al contrario, caótico. Aquí es donde entra el diseño de espacios que promueven activamente el bienestar, conocido como paisajismo salutogénico.
Esta curiosidad me llevó a fondo el potencial terapéutico de dos tipos de plantas que tengo en mi oficina. Lo que encontré me pareció increíble y, como continuación a nuestro tema de fractales de la semana pasada, hoy quiero compartir los hallazgos sobre la influencia neurobiológica de la complejidad visual vegetal.
Dentro de lo que encontré, y que comparto en mi correo semanal, es sobre la influencia neurobiológica de la complejidad visual vegetal.
- Follaje Variegado: Las plantas que presentan variegación (patrones de múltiples colores en su follaje) ofrecen un nivel de complejidad visual que puede ser neurológicamente beneficioso. Lejos de ser un simple adorno, sus patrones activan las vías de procesamiento de contraste y atención. Para un cerebro con TDAH, que a menudo se encuentra en búsqueda de estímulos para mantener la función ejecutiva, la “fascinación suave” que provocan estos patrones puede generar una liberación sostenida de dopamina. Esto proporciona un anclaje atencional que mejora la concentración sin conducir a la sobrecarga sensorial.
- Hojas Fenestradas: Especies como la Monstera deliciosa, con sus características aberturas naturales, introducen una arquitectura foliar única. Estas fenestraciones crean un juego dinámico de luces, sombras y espacios negativos. Desde una perspectiva neurocientífica, proporcionan un “input visual organizador”. Para individuos en el espectro autista, que pueden encontrar confort en patrones estructurados, la regularidad controlada y la geometría inherente de estas hojas pueden ser profundamente calmantes. Asimismo, para personas con dislexia y diferencias en el procesamiento espacial, la observación de estas estructuras complejas puede servir como un ejercicio pasivo que fortalece las conexiones neurales relacionadas con la percepción figura-fondo.
Ahora bien, con esta información que se va añadiendo a la que comparto semanalmente, podrás hacerte una idea de que el neuropaisajismo salutogénico no consiste en una selección aleatoria de plantas, sino en la creación de una “estructura sensorial zonificada”.
Esto implica diseñar espacios con gradientes de estimulación adaptables, permitiendo a los usuarios autorregular su estado neurológico.
- Zonas de estimulación controlada: Áreas con una cuidada selección de plantas fenestradas y variegadas dramáticas (Calathea, Monstera), diseñadas para activar los sistemas de recompensa y mantener un estado de alerta relajado. Son espacios que fomentan la creatividad y el compromiso activo.
- Zonas de regulación y calma: Refugios que utilizan plantas de follaje uniforme y arquitectónico (Zamioculcas, Dracaena). Estas proporcionan estabilidad visual, reduciendo la carga alostática en el sistema nervioso y ofreciendo un santuario para la recuperación de la fatiga atencional.
La transición fluida entre estas zonas es fundamental para evitar cambios sensoriales abruptos. Se utilizan plantas de complejidad intermedia como puentes visuales, permitiendo que el sistema nervioso se adapte gradualmente.
Esto permite que cada persona, ya sea neurotípica o neurodivergente, pueda elegir el ambiente que mejor se adapte a las necesidades de su sistema nervioso en cada momento.
Ahora bien, he decidido dejar aquí el artículo de hoy esperando que veas las plantas con ojos renovados cuando te encuentres con hojas variegadas o con orificios naturales (no me gusta el término fenestradas).
Si tienes alguna consulta o quieres compartirme tu experiencia en este tema por favor envíame un correo electrónico a contacto@jardinesinclusivos.ar