Áreas verdes para el envejecimiento

Cada vez somos más los que peinamos canas, y si bien me faltan muchos años para tener la edad jubilatoria, observo cómo la población española y la europea está envejeciendo a pasos agigantados.

Eso se nota en las calles, en los bares y hasta en las redes sociales.

Pero ¿qué significa esto? ¿Cómo podemos vivir mejor esta nueva etapa de la vida?

Una de las claves para un envejecimiento saludable y activo es tener acceso a espacios verdes públicos. Esos parques, jardines y bosques urbanos que nos regalan aire fresco, sombra en verano y colores vibrantes en otoño.

En este artículo, vamos a explorar la relación entre el envejecimiento de la población española, el bienestar y las áreas verdes públicas. Descubriremos cómo estos espacios pueden mejorar nuestra salud física y mental, combatir la soledad y fomentar la vida social.

Cuando nos referimos al envejecimiento activo nos enfocamos en la búsqueda de aquellas cosas que llevan a disfrutar de una vida plena y saludable durante la tercera edad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el envejecimiento activo como el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad a medida que las personas envejecen. Este enfoque busca que las personas mayores tengan una vida plena y satisfactoria, con independencia, autonomía y participación en la sociedad.

Aquí es donde las áreas verdes (públicas y privadas) se convierten en aliados invaluables para alcanzar este objetivo, brindando un espacio natural que fomenta la actividad física, la interacción social y el bienestar mental.

Beneficios de las áreas verdes para el envejecimiento activo:

  • Actividad física: Las áreas verdes invitan a la actividad física, ya sea caminar, correr, andar en bicicleta o realizar ejercicios al aire libre como hacer yoga o tai chi. Esto mejora la condición física, la fuerza muscular y la flexibilidad, previniendo enfermedades y mejorando la calidad de vida al reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoporosis y obesidad.
  • Salud mental: La naturaleza tiene un efecto calmante y restaurador en la mente. Pasar tiempo en áreas verdes reduce el estrés, la ansiedad y la depresión, favoreciendo el bienestar mental y emocional. En algunos parques con presencia de árboles de follaje perenne (principalmente coníferas) se pueden llevar a cabo también los “baños de bosque” acompañados por personal cualificado.
  • Interacción social: Las áreas verdes son puntos de encuentro para la comunidad. Fomentan la interacción social entre personas mayores, combatiendo el aislamiento y la soledad, y permitiendo hacer nuevos amigos y redes de apoyo.
  • Estimulación cognitiva: La naturaleza ofrece una gran variedad de estímulos sensoriales que favorecen la actividad mental, la memoria y la concentración.
  • Mejora del sueño: La exposición a la luz natural y al aire fresco ayuda a regular el ritmo circadiano, mejorando la calidad del sueño.
  • Reducción de la contaminación: Como las áreas verdes actúan como filtros naturales, purificando el aire y reduciendo la exposición a la contaminación, podemos citar en este apartado el beneficio a la salud respiratoria y cardiovascular.

Características de las áreas verdes ideales para el envejecimiento activo:

  • Accesibilidad: Deben ser de fácil acceso para personas con movilidad reducida, con rampas, pasillos amplios y bancos accesibles.
  • Seguridad: Iluminación adecuada, vigilancia y ausencia de obstáculos que puedan causar accidentes.
  • Variedad de actividades: Ofrecer diferentes opciones para la actividad física, como zonas de juegos, gimnasios al aire libre o senderos para caminar.
  • Vegetación adecuada: Lo ideal es priorizar la selección dentro de las especies autóctonas. Se deben considerar árboles que brinden sombra en verano y permitan el paso de los rayos solares en invierno (follaje caduco), plantas coloridas y aromáticas que estimulen los sentidos y brinden un espacio para la biodiversidad atrayendo polinizadores. Arbustos que ofrezcan sus frutos a la fauna, etc.
  • Equipamiento: Bancos con apoyabrazos que dejen también espacio para las sillas de rueda, mesas de picnic o mesas de juego que fomenten la interacción social, bebederos accesibles para las personas en sillas de ruedas y de ser viable que tengan pulsadores que no requieran de fuerza manual, baños públicos en buen estado y accesibles y por supuesto cestos de residuos distribuidos estratégicamente para mantener la limpieza.

Consideraciones adicionales:

  • Pavimentos: Los pavimentos deben ser antideslizantes y tener una textura uniforme para evitar tropiezos y caídas.
  • Iluminación: Las áreas verdes deben estar bien iluminadas para garantizar la seguridad de las personas mayores, especialmente durante la noche.
  • Señalización: Es importante que haya una señalización clara y visible que indique la ubicación de los diferentes elementos del parque, como bancos, bebederos, baños y salidas.
  • Seguridad: Se deben tomar medidas para garantizar la seguridad de las personas mayores en las áreas verdes, como instalar cámaras de vigilancia o aumentar la presencia de personal de seguridad.

Para concluir me gustaría decir que es fundamental la promoción del uso de las áreas verdes para que las personas mayores conozcan los beneficios de éstas y se les incentive a utilizarlas.

Por parte de los gobiernos la creación de programas y actividades es una opción cuando no se cuentan con ellos. Se pueden organizar programas de actividad física, talleres, juegos y otras actividades para que las personas mayores disfruten de las áreas verdes en compañía.

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